La presente materia se centra en la fecunda relación entre celebración, liturgia y
evangelización. Celebrar juntos es una de las experiencias humanas más ricas. Dice
alegría, familia, memoria, encuentro, agradecimiento… La comunidad evangelizadora es
una comunidad que festeja, festeja su fe y festeja cada paso adelante en la
evangelización (cf. EG 24). Afortunadamente, parecen superados los tiempos en los que
se oponía celebración/Liturgia/sacramentos a evangelización. La evangelización gozosa
se vuelve belleza en la liturgia, «casa de la Palabra» (cf. VD 52; SC 7), y la Iglesia
evangeliza y se evangeliza con la fuerza de la liturgia, cumbre y fuente de la vida eclesial
(cf. SC 10), que renueva y fecunda todo esfuerzo evangelizador (cf. EG 24). La
evangelización nace de la fe compartida y celebrada, se alimenta de ella y tiende a ella.
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