Cuando Dios se comunica lo hace a una persona humana, concreta, real. Con
frecuencia, el agente pastoral observa que la apertura a la fe no siempre depende de la
actitud personal, sino de la falta o no de una serie de presupuestos humanos básicos
(afectivos, psicológicos, sociales…) necesarios para el desarrollo de la vida teologal. La
presente materia se centra en el estudio de estos presupuestos y de los dinamismos
humanos, psicológicos y sociales inherentes en los procesos de la fe, trabajando la
correlación entre crecimiento humano y el don de la gracia, como sugiere el modelo de
la personalización de la fe.
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